lunes, 15 de septiembre de 2014

¿QUÉ ES CÁNCER DE TIROIDES?

Cáncer de tiroides

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¿QUÉ ES CÁNCER DE TIROIDES?

El cáncer de tiroides es un cáncer que se origina en la glándula tiroides. Para poder entender el cáncer de tiroides, resulta útil conocer sobre la estructura normal y el funcionamiento de esta glándula.

La glándula tiroides

La glándula tiroides está localizada debajo del cartílago tiroideo (LA MANZANA DE ADÁN), en la parte delantera del cuello. En la mayoría de las personas no se puede ver o palpar. Esta glándula, en forma de mariposa, tiene dos lóbulos, el lóbulo derecho y el lóbulo izquierdo, que están unidos por un istmo angosto
(vea la imagen que sigue). 

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 La glándula tiroidea tiene dos tipos principales de células: 
§  LAS CÉLULAS FOLICULARES usan yodo de la sangre para producir las hormonas tiroideas, las cuales ayudan a regular el metabolismo de una persona. Demasiada hormona tiroidea una afección llamada  (HIPERTIROIDISMO) puede causar que una persona tenga palpitaciones aceleradas o irregulares, dificultad para dormir, intranquilidad, hambre, pérdida de peso y una sensación de calor. Por otra parte, muy poca hormona (HIPOTIROIDISMO) causa que una persona sea más lenta, se sienta cansada y gane peso. La cantidad de hormona tiroidea segregada por la tiroides es regulada por la glándula pituitaria, en la base del cerebro, la cual produce una sustancia llamada hormona estimulante de tiroides (TSH, por sus siglas en inglés).
§  LAS CÉLULAS C (también llamadas células PARAFOLICULARES) producen calcitonina, una hormona que ayuda a controlar cómo el cuerpo usa el calcio.
Otras células menos comunes en la glándula tiroidea incluyen las células del sistema inmunitario (LINFOCITOS) y las células de apoyo (ESTROMALES).
Cada tipo de célula genera diferentes tipos de cáncer. Las diferencias son importantes porque afectan cuán grave es el cáncer y el tipo de tratamiento que se necesita.
En la glándula tiroides se pueden originar muchos tipos de crecimientos y tumores. La mayoría de estos son benignos (NO CANCEROSOS), pero otros son malignos (CANCEROSOS), es decir, se pueden propagar a los tejidos cercanos y a otras partes del cuerpo.

NÓDULOS Y AGRANDAMIENTOS TIROIDEOS BENIGNOS

Los cambios en el tamaño y la forma de la tiroides a menudo se pueden palpar o incluso ver por los pacientes o sus médicos.
El término médico para una glándula tiroides anormalmente agrandada es bocio. Algunos bocios son difusos, es decir que toda la glándula está agrandada. Otros bocios son nodulares, lo que significa que la glándula está agrandada y tiene uno o más nódulos (PROTUBERANCIAS). Existen muchas razones por las que la glándula tiroides pudiera estar más grande de lo usual, y en la mayoría de los casos esto no es cáncer. Los bocios difusos y nodulares usualmente son causados por un desequilibrio en ciertas hormonas. Por ejemplo, cuando no se obtiene suficiente yodo en la dieta pueden ocurrir cambios en los niveles hormonales y causar un bocio.
A las masas o protuberancias en la glándula tiroides se les llama nódulos tiroideos. La mayoría de los nódulos tiroideos son benignos, pero alrededor de uno de 20 es canceroso (lea la próxima sección). Algunas veces estos nódulos producen demasiada hormona tiroidea, lo que causa hipertiroidismo.
Las personas pueden presentar nódulos tiroideos a cualquier edad, pero éstos se presentan con más frecuencia en adultos de mayor edad. Menos de uno de 10 adultos tienen nódulos tiroideos que pueden ser palpados por un médico. Sin embargo, cuando se observa la tiroides con una ecografía, a muchas más personas se les encuentran nódulos que son muy pequeños como para ser palpados.
La mayoría de los nódulos son quistes llenos de líquido o de hormona tiroidea almacenada llamada coloide.
Los nódulos sólidos tienen poco líquido o coloide. Estos nódulos tienen más probabilidad de ser cancerosos que los nódulos llenos de líquido. Aun así, la mayoría de nódulos sólidos no son cáncer. Algunos tipos de nódulos sólidos, como los adenomas y los nódulos hiperplásicos, tienen demasiadas células, pero estas células no son cancerosas.
Los nódulos tiroideos que son benignos algunas veces no necesitan tratamiento siempre y cuando no crezcan o causen síntomas. Puede que otros requieran alguna forma de tratamiento.

Tumores tiroideos malignos (cancerosos)

Existen varios tipos de cáncer tiroideo.

Cánceres tiroideos diferenciados

La mayoría de los cánceres de tiroides son diferenciados. En estos cánceres, las células se parecen mucho al tejido normal de la tiroides cuando se observa en un microscopio. Estos cánceres se originan de las células foliculares tiroideas.
Carcinoma papilar: aproximadamente ocho de cada 10 cánceres de tiroides son carcinomas papilares (CONOCIDO TAMBIÉN COMO CÁNCER PAPILAR O ADENOCARCINOMA PAPILAR). Los carcinomas papilares suelen crecer muy lentamente, y por lo general se original en un solo lóbulo de la glándula tiroides. A pesar de que crecen lentamente, los carcinomas papilares a menudo se propagan a los ganglios linfáticos en el cuello. Aun así, estos cánceres a menudo se pueden tratar con éxito, y pocas veces causan la muerte.
Existen varios subtipos del carcinoma papilar. De estos, el subtipo folicular (TAMBIÉN LLAMADO VARIANTE FOLICULAR-PAPILAR MIXTA) ocurre con más frecuencia. La forma habitual de carcinoma papilar y el subtipo folicular tienen el mismo pronóstico favorable cuando se descubren temprano y el mismo tratamiento. Otros subtipos de carcinoma papilar (CÉLULAS ALTAS, CÉLULAS CILÍNDRICAS Y ESCLEROSANTE DIFUSO E INSULAR) no son tan comunes y tienden a crecer y a propagarse más rápidamente.
Carcinoma folicular: el carcinoma folicular, también denominado cáncer folicular o adenocarcinoma folicular, es el próximo tipo más común, representando alrededor de uno de cada 10 cánceres de tiroides. Éste es más común en los países donde las personas no reciben suficiente yodo en la alimentación. Por lo general, estos cánceres no se propagan a los ganglios linfáticos, aunque se pueden propagar a otras partes del cuerpo, tal como los pulmones o los huesos. Probablemente, el pronóstico para el carcinoma folicular no es tan favorable como el del carcinoma papilar, aunque sigue siendo muy favorable en la mayoría de los casos.
Se cree que el carcinoma de células de Hürthle (HURTHLE), también conocido como carcinoma de células oxífilas, es en realidad una variante de carcinoma folicular. Conforma aproximadamente 3% de los casos de cáncer de tiroides. Puede que el pronóstico no sea tan favorable como para el carcinoma folicular típico debido a que este tipo es más difícil encontrar y tratar. Esto se debe a que es menos probable que absorba el yodo radiactivo, el cual se usa tanto para el tratamiento como para determinar si hay propagación de cáncer de tiroides diferenciado.

Otros tipos de cáncer de tiroides

Estos tipos de cáncer de tiroides ocurren con menos frecuencia que los cánceres de tiroides diferenciados.
Carcinoma medular tiroideo: el carcinoma medular de tiroides (MEDULLARY THYROID CARCINOMA, MTC) representa aproximadamente un 4% de los cánceres de tiroides. Se origina de las células C de la glándula tiroides, la cual normalmente produce calcitonina, una hormona que ayuda a controlar la cantidad de calcio en la sangre. Algunas veces este cáncer se puede propagar a los ganglios linfáticos, los pulmones o al hígado, incluso antes de que se detecte un nódulo tiroideo.
A menudo, el cáncer medular segrega demasiada calcitonina y una proteína llamada antígeno carcinoembrionario (CARCINOEMBRYONIC ANTIGEN, CEA) en la sangre. Estas sustancias se pueden detectar con análisis de sangre.
Debido a que el cáncer medular no absorbe el yodo radiactivo (USADO PARA EL TRATAMIENTO Y PARA BUSCAR METÁSTASIS DE CÁNCER DE TIROIDES DIFERENCIADO), el pronóstico no es tan favorable como para los cánceres de tiroides diferenciados. Existen dos tipos de carcinoma medular de tiroides:
§  El carcinoma medular tiroideo esporádico, el cual representa aproximadamente ocho de cada 10 casos de MTC, no es hereditario (NO TIENDE A DARSE ENTRE LAS PERSONAS DE UNA MISMA FAMILIA). Éste ocurre principalmente en adultos de edad avanzada y afecta sólo un lóbulo tiroideo.
§  El carcinoma medular de tiroides familiar se hereda y puede presentarse en cada generación de una familia. A menudo, estos cánceres se desarrollan durante la niñez o en la adultez temprana y se puede propagar temprano. Los pacientes usualmente tienen cáncer en varias áreas de ambos lóbulos. El carcinoma medular de tiroides familiar (MCT, por sus siglas en inglés) a menudo está asociado con un riesgo aumentado de otros tipos de tumores. Esto se describe en detalles en la sección ¿CUÁLES SON LOS FACTORES DE RIESGO DEL CÁNCER DE TIROIDES?”.
Carcinoma anaplásico: el carcinoma anaplásico (TAMBIÉN LLAMADO CARCINOMA INDIFERENCIADO) es una forma poco común de cáncer de tiroides, representando alrededor de 2% de todos los cánceres de tiroides. Se cree que algunas veces se origina del cáncer papilar o folicular que ya está presente. A este cáncer se le llama indiferenciado debido a que las células cancerosas no se parecen mucho a las células normales de la tiroides cuando son observadas con el microscopio. Este cáncer a menudo se propaga rápidamente hacia el cuello y otras partes del cuerpo, y es muy difícil de tratar.
Linfoma tiroideo: el linfoma se presenta en muy pocas ocasiones en la glándula tiroides. Los linfomas son cánceres que se originan de los linfocitos, el tipo principal de células del sistema inmunitario. La mayoría de los linfocitos se encuentran en los ganglios linfáticos, los cuales son grupos de células inmunitarias del tamaño de un guisante esparcidos por el cuerpo (incluyendo la glándula tiroides). Los linfomas se discuten en otro documento, LINFOMA NO HODGKIN.
Sarcoma de tiroides: estos cánceres poco comunes se originan en las células de apoyo de la tiroides. A menudo, estos cánceres son agresivos y difíciles de tratar. Los sarcomas se discuten en nuestro documento SARCOMAS DE TEJIDOS BLANDOS EN ADULTOS.

CÁNCER PARATIROIDE

En la parte trasera, pero adheridas a la glándula tiroides hay cuatro glándulas diminutas llamadas paratiroides. Las glándulas paratiroides ayudan a regular los niveles de calcio en el organismo. Los casos de cánceres de las glándulas paratiroides son muy pocos, probablemente menos de 100 por año en los Estados Unidos.
Los cánceres paratiroides a menudo se detectan porque causan altos niveles de calcio en la sangre. Esto hace que la persona esté cansada, debilitada y somnolienta. También causan que usted orine mucho, ocasionando deshidratación, lo que puede empeorar la debilidad y la somnolencia. Otros síntomas incluyen dolor y fractura de huesos, dolor a causa de cálculos renales, depresión y estreñimiento.
Los cánceres paratiroides más grandes también pueden ser detectados como un nódulo cerca de la tiroides. Independientemente de cuán grande sea el nódulo, el único tratamiento es extirparlo quirúrgicamente. Lamentablemente, el cáncer paratiroide resulta más difícil de curar que el cáncer de tiroides.

¿Qué indican las estadísticas clave sobre el cáncer de tiroides?

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Para el año 2014, los cálculos de la Sociedad Americana Contra El Cáncer para este cáncer en los Estados Unidos son:
§  Se diagnosticarán alrededor de 62,980 nuevos casos de cáncer de tiroides (47,790 en mujeres y 15,190 en hombres).
§  Alrededor de 1,890 personas morirán a causa de cáncer de tiroides (1,060 MUJERES Y 830 HOMBRES).
El cáncer de tiroides se diagnostica comúnmente a una edad más temprana en comparación con la mayoría de los otros cánceres que afectan a los adultos. Casi dos de cada tres casos se encuentran en personas menores de 55 años de edad. Aproximadamente 2% de los cánceres de tiroides ocurren en niños y adolescentes.
La probabilidad de ser diagnosticado con cáncer de tiroides ha aumentado en los últimos años, y es el cáncer que va en aumento con más rapidez en los Estados Unidos. . La mayor parte de esto se debe al aumento en el uso de ecografía de la tiroides, la cual puede detectar pequeños nódulos de tiroides que de otra manera no se hubiesen encontrado. De todos modos, al menos parte de este aumento también se debe a la detección de más tumores de mayor tamaño.

La tasa de mortalidad del cáncer de tiroides ha estado bastante estable por muchos años, y continua muy baja en comparación con la mayoría de los otros cánceres. Las estadísticas sobre las tasas de supervivencia para el cáncer de tiroides se discuten en la sección “SUPERVIVENCIA DEL CÁNCER DE TIROIDES POR TIPO Y ETAPA”.

¿CUÁLES SON LOS FACTORES DE RIESGO DEL CÁNCER DE TIROIDES?

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¿CUÁLES SON LOS FACTORES DE RIESGO DEL CÁNCER DE TIROIDES?

Un factor de riesgo es cualquier cosa que afecte las probabilidades de que una persona padezca alguna enfermedad como el cáncer. Los distintos tipos de cáncer tienen diferentes factores de riesgo. Algunos factores de riesgo, como el fumar, pueden cambiarse. Otros, como la edad de la persona o sus antecedentes familiares, no se pueden cambiar.
Sin embargo, los factores de riesgo no lo indican todo. Presentar uno o incluso varios factores de riesgo no significa que dicha persona tendrá la enfermedad. Además, muchas personas que adquieren la enfermedad pueden tener pocos o ninguno de los factores de riesgo conocidos. Aun cuando una persona con cáncer de tiroides tiene un factor de riesgo, a menudo es muy difícil saber cuánto pudo haber contribuido ese factor de riesgo al cáncer.
Algunos científicos han encontrado unos pocos factores de riesgo que pueden hacer que una persona tenga mayores probabilidades de padecer cáncer de tiroides.

SEXO Y EDAD

Por razones que no están claras, los cánceres tiroideos (al igual que casi todas las enfermedades de tiroides) ocurren alrededor de tres veces más en las mujeres que en los hombres.
El cáncer de tiroides puede ocurrir a cualquier edad. Sin embargo, para las mujeres (quienes con más frecuencia están en las edades de 40 a 59 años al momento del diagnóstico), el riesgo está en su punto más alto a una edad menor que para los hombres (quienes usualmente están en las edades de 60 a 79 años).

UNA ALIMENTACIÓN BAJA EN YODO

Los cánceres foliculares de tiroides son más comunes en algunas áreas del mundo en las que las dietas de las personas son bajas en yodo. En los Estados Unidos, la mayoría de las personas obtienen suficiente yodo en la alimentación, ya que se le añade a la sal de mesa y a otros alimentos. Una alimentación baja en yodo también puede aumentar el riesgo de cáncer papilar si la persona también está expuesta a radioactividad.

RADIACIÓN

La exposición a la radiación es un factor de riesgo probado para el cáncer de tiroides. Las fuentes de tal radiación incluyen ciertos tratamientos médicos y precipitación radiactiva de las armas nucleares o accidentes en plantas energéticas.
Haber recibido tratamientos de radiación dirigidos a la cabeza o al cuello durante la infancia constituye un factor de riesgo del cáncer de tiroides. El riesgo depende de la cantidad de radiación administrada y la edad del niño. En general, el riesgo aumenta cuando se administran mayores dosis y mientras menos edad tenga el paciente al momento del tratamiento. Antes de los años ’60, se trataba a los niños algunas veces con bajas dosis de radiación para cosas que hoy día no usaríamos radiación, como el acné, infecciones con hongos en el cuero cabelludo, o amígdalas o adenoides agrandadas. Posteriormente, se descubrió que las personas que se sometieron a estos tratamientos tienen un mayor riesgo de cáncer de tiroides. La radioterapia administrada a los niños para algunos cánceres, como linfoma, tumor de Wilms y neuroblastoma también aumenta el riesgo. Los cánceres de tiroides que se originan después de la radioterapia no son más graves que los otros cánceres de tiroides.
Los estudios por imágenes, tal como las radiografías y las tomografías computarizadas también exponen a los niños a radiación, aunque a dosis mucho más bajas. Por lo tanto, no está claro cuánto podrían aumentar estos estudios el riesgo de cáncer de tiroides (u otros cánceres). Si existe un aumento en el riesgo, este probablemente sea pequeño, pero por cuestión de seguridad, los niños no deben someterse a estos estudios a menos que sea absolutamente necesario. Cuando estos estudios son necesarios, se debe usar la dosis más baja de radiación que provea una imagen clara.
Varios estudios han señalado un riesgo aumentado de cáncer de tiroides en niños, debido a la precipitación radiactiva de las armas nucleares o accidentes en plantas energéticas. Por ejemplo, el cáncer de tiroides era muchas veces más frecuente de lo normal en los niños que vivieron cerca de Chernobyl, el lugar donde en 1986 ocurrió un accidente en la planta nuclear que expuso a millones de personas a la radioactividad. Los adultos que llevaron a cabo la limpieza después del accidente y aquellos que vivieron cerca de la planta también presentaron tasas más elevadas de cáncer de tiroides. Los niños que han tenido más yodo en sus dietas parecían tener un menor riesgo.
Después de las pruebas de armas nucleares en algunos estados del oeste durante los años 50, algo de precipitación radiactiva ocurrió en ciertas regiones de los Estados Unidos. Esta exposición fue mucho menor que alrededor de Chernobyl. A tales bajos niveles, no se ha probado un mayor riesgo de cáncer de tiroides. Si está preocupado debido a una posible exposición a la precipitación radiactiva, hable sobre esto con su médico.
La exposición a la radiación cuando se es adulto, conlleva mucho menos riesgo de cáncer de tiroides.

AFECCIONES HEREDITARIAS Y ANTECEDENTE FAMILIAR

Varias afecciones hereditarias se han asociado con diferentes tipos de cáncer de tiroides, como antecedente familiar. Aun así, la mayoría de las personas que padece cáncer de tiroides no presenta una condición hereditaria o un antecedente familiar de la enfermedad.

CÁNCER MEDULAR TIROIDEO

Aproximadamente uno de cada tres carcinomas medulares de tiroides (medullary thyroid carcinomas, MTC) resulta como consecuencia de heredar un gen anormal. Estos casos se conocen como carcinoma medular de tiroides familiar (familial medullary thyroid carcinoma, FMTC). El FMTC puede ocurrir solo, o puede ser visto junto con otros tumores.
La combinación de FMTC con tumores de otras glándulas endocrinas se conoce como neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN 2). Existen dos subtipos, la MEN 2a y la MEN 2b: ambos son causados por mutaciones (defectos) en un gen llamado RET.
§  En la MEN 2a, el carcinoma medular de tiroides ocurre con los feocromocitomas (tumores que producen adrenalina) y con los tumores de las glándulas paratiroides.
§  En la MEN 2b, el carcinoma medular de tiroides está asociado con los feocromocitomas y con los crecimientos benignos de los tejidos nerviosos en la lengua y en otros lugares llamados neuromas. Este subtipo es mucho menos común que el MEN 2a.
En estas formas hereditarias del carcinoma medular de tiroides, los cánceres a menudo se generan durante la infancia o en adultos jóvenes y se pueden propagar tempranamente. El carcinoma medular de tiroides es más agresivo en el síndrome MEN 2b. Si su familia presenta MEN 2a, MEN 2b o FMTC aislado, usted podría tener un riesgo muy alto de carcinoma medular de tiroides. Pregunte a su médico sobre los análisis de sangre regulares o exámenes de ecografía que se hacen para detectar problemas y sobre la posibilidad de hacer pruebas genéticas.

OTROS CÁNCERES DE TIROIDES

Las personas con ciertas afecciones médicas hereditarias tienen un mayor riesgo de formas más comunes de cáncer de tiroides. Se observan tasas más altas de cáncer de tiroides en aquellas personas con afecciones genéticas poco comunes, tales como:
POLIPOSIS ADENOMATOSA FAMILIAR (FAP): las personas con este síndrome tienen muchos pólipos en el colon y tienen un riesgo muy alto de padecer CÁNCER DE COLON. Además, presentan un riesgo aumentado de algunos otros cánceres, incluyendo cáncer papilar de tiroides. El síndrome de Gardner es un subtipo de FAP en el cual los pacientes también tienen ciertos tumores benignos. Tanto el síndrome de Gardner, como la FAP son causados por defectos en el gen APC.

ENFERMEDAD DE COWDEN: las personas con este síndrome tienen un riesgo aumentado de problemas con la tiroides y ciertos crecimientos benignos (incluyendo algunos llamados hamartomas). También tienen un riesgo aumentado de padecer cánceres de tiroides, útero, mama, así como algunos otros. Los cánceres de tiroides tienden a ser del tipo papilar o folicular. Este síndrome es causado con más frecuencia por defectos en el gen PTEN. También se conoce como síndrome de hamartomas múltiples y síndrome de hamartoma tumoral PTEN.

COMPLEJO DE CARNEY, TIPO I: las personas que padecen este síndrome pueden presentar un número de tumores benignos y problemas hormonales. También tienen un riesgo aumentado de padecer cáncer papilar y folicular. Este síndrome es causado por defectos en el gen PRKAR1A.
CARCINOMA FAMILIAR DE TIROIDES NO MEDULAR: el cáncer de tiroides ocurre con más frecuencia en algunas familias, y a menudo se observa a una edad más temprana. A menudo, el tipo de cáncer papilar de tiroides suele ocurrir entre las personas de una misma familia. Se sospecha que los genes que se encuentran en el cromosoma 19 y en el cromosoma 1 causan estos cánceres familiares.
Si usted sospecha que tiene una afección hereditaria, hable con su médico, quien pudiera recomendar asesoría genética si sus antecedentes médicos lo justifican.

ANTECEDENTES FAMILIARES: tener un pariente de primer grado (madre, padre, hermana o hija) con cáncer de tiroides, incluso sin que haya un síndrome hereditario conocido en la familia, aumenta su riesgo de cáncer de tiroides. Las bases genéticas para estos cánceres no están totalmente claras.

¿CONOCEMOS LAS CAUSAS DEL CÁNCER DE TIROIDES?

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¿CONOCEMOS LAS CAUSAS DEL CÁNCER DE TIROIDES?

El cáncer de tiroides está asociado con un número de padecimientos hereditarios (descritos en la sección “¿CUÁLES SON LOS FACTORES DE RIESGO DEL CÁNCER DE TIROIDES?”), aunque no se conoce aún la causa exacta de la mayoría de los cánceres de tiroides.
Ciertos cambios en el ADN de una persona pueden causar que las células de la tiroides se hagan cancerosas. El ADN es el químico de cada una de nuestras células que conforma nuestros genes (las instrucciones sobre cómo funcionan nuestras células). Por lo general, nos asemejamos a nuestros padres porque de ellos proviene nuestro ADN. Sin embargo, el ADN afecta algo más que sólo nuestra apariencia. También puede influir nuestro riesgo de padecer ciertas enfermedades, como lo son algunos tipos de cáncer.
Algunos genes contienen instrucciones para controlar cuándo nuestras células crecen y se dividen en nuevas células. Ciertos genes que ayudan a las células a crecer y a dividirse o que causan que las vivan por más tiempo de lo que deberían se conocen como oncogenes. Otros genes que desaceleran la división celular o hacen que las células mueran en el momento indicado se denominan genes supresores de tumores. El cáncer puede ser causado por cambios en el ADN que activan a los oncogenes o desactivan a los genes supresores de tumores.
Las personas heredan dos copias de cada gen (uno de cada uno de sus padres). Se puede heredar ADN dañado de uno o ambos padres. Sin embargo, la mayoría de los cánceres no son causados por cambios genéticos hereditarios. En estos casos, los genes cambian durante la vida de una persona. Puede que ocurran cuando el ADN de una célula está dañado a causa de algo en el ambiente, como la radiación, o simplemente pueden ser eventos aleatorios que algunas veces acontecen dentro de una célula, sin una causa externa.

CÁNCER PAPILAR DE TIROIDES

Se han encontrado varias mutaciones (cambios) de ADN en el cáncer papilar de tiroides. Muchos de estos cánceres tienen cambios en partes específicas del gen RET. La forma alterada de este gen, conocida como oncogén PTC se encuentra, en general, entre alrededor del 10% al 30% de los cánceres papilares de tiroides, y un porcentaje mayor de estos cánceres en niños y/o están asociados con la exposición a la radiación. Estas mutaciones RET usualmente no son hereditarias sino que se adquieren durante la vida de una persona. Se encuentran únicamente en las células cancerosas y no se transmiten a los hijos del paciente.
Muchos cánceres papilares de tiroides tienen un gen BRAF mutado. La mutación BRAF es menos común en los cánceres de tiroides en niños y en aquellos que se cree surgen de la exposición a la radiación. Los cánceres con cambios BRAF suelen crecer y propagarse más rápidamente a otras partes del cuerpo.
Se cree que los cambios BRAF y RET/PTC causan que las células crezcan y se dividan. Resulta extremadamente poco común para los cánceres papilares presentar cambios tanto en los genes BRAF como en los RET/PTC. Algunos médicos ahora aconsejan realizar pruebas a las muestras obtenidas de la biopsia de tiroides para determinar la presencia de estas mutaciones genéticas, ya que pueden ayudar a diagnosticar el cáncer y también esto puede afectar el pronóstico del paciente (LEA “¿CÓMO SE DIAGNOSTICA EL CÁNCER DE TIROIDES?”).
Los cambios en otros genes también han sido asociados con cáncer papilar de tiroides, incluyendo aquellos en el gen NTRK1 y en el gen MET.

CÁNCER FOLICULAR DE TIROIDES

Los cambios adquiridos en el oncogén RAS cumplen una función en el origen de algunos cánceres foliculares de tiroides.

CÁNCER ANAPLÁSICO DE TIROIDES

Estos cánceres suelen tener algunas de las mutaciones descritas anteriormente, y a menudo también tienen cambios en el gen supresor de tumores TP53 y en el oncogén CTNNB1.

CÁNCER MEDULAR TIROIDEO

Las personas con carcinoma medular de tiroides (MTC) tienen mutaciones en diferentes partes del gen RET en comparación con los pacientes que tienen carcinoma papilar. Casi todos los pacientes con la forma hereditaria de MTC, y aproximadamente uno de cada 10 con la forma esporádica de MTC (no hereditaria), tienen una mutación en el gen RET. La mayoría de los pacientes con MTC esporádico tienen mutaciones genéticas sólo en sus células cancerosas. Aquellas personas con MTC familiar y MEN 2 heredan la mutación del RET de uno de los padres. Estas mutaciones están en todas las células del cuerpo del paciente, y se pueden detectar mediante análisis de ADN de las células sanguíneas.
En las personas con mutaciones hereditarias de RET, un gen RET es usualmente normal y otro es mutado. Debido a que cada persona tiene dos genes RET, pero sólo pasa uno a su hijo (el otro gen RET del hijo proviene del otro padre), las probabilidades de que una persona con MTC familiar le pase un gen mutado a un hijo son una en dos (o un 50%

 

¿SE PUEDE PREVENIR EL CÁNCER DE TIROIDES?

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¿SE PUEDE PREVENIR EL CÁNCER DE TIROIDES?

La mayoría de las personas con cáncer de tiroides no tiene factores de riesgo conocidos; por lo tanto, no es posible prevenir la mayoría de los casos de esta enfermedad.
La exposición a la radiación, especialmente en la niñez, es un FACTOR DE RIESGO CONOCIDO PARA EL CÁNCER DE TIROIDES. Debido a esto, los médicos ya no usan radiación para tratar enfermedades menos graves. Los estudios por imágenes, tal como las radiografías y las tomografías computarizadas también exponen a los niños a radiación, aunque a dosis mucho más bajas. Por lo tanto, no está claro cuánto podrían aumentar estos estudios el riesgo de cáncer de tiroides (u otros cánceres). Si existe un aumento en el riesgo, este probablemente sea pequeño, pero por cuestión de seguridad, los niños no deben someterse a estos estudios a menos que sea absolutamente necesario. Cuando estos estudios son necesarios, se debe usar la dosis más baja de radiación que provea una imagen clara.
Se pueden realizar pruebas de sangre para saber si existen las mutaciones genéticas encontradas en el cáncer medular de tiroides familiar (MTC). Debido a esto, la mayoría de los casos de MTC pueden prevenirse o tratarse a tiempo mediante la extirpación de la glándula tiroides. Una vez se detecte la enfermedad en una familia, se pueden realizar las pruebas para el gen mutado al resto de los miembros de la familia.

Si usted tiene antecedentes familiares de MTC, es importante que consulte con un médico que esté familiarizado con los últimos avances en la asesoría genética y en las pruebas genéticas para esta enfermedad. La extirpación de la glándula tiroides en niños que tienen el gen anormal probablemente prevendrá un cáncer que, de lo contrario, podría ser mortal.

¿SE PUEDE ENCONTRAR TEMPRANO EL CÁNCER DE TIROIDES?

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¿SE PUEDE ENCONTRAR TEMPRANO EL CÁNCER DE TIROIDES?

Muchos casos de cáncer de tiroides se pueden detectar tempranamente. De hecho, la mayoría de los cánceres de tiroides se detecta actualmente mucho más temprano que en el pasado y se trata con éxito.
La mayoría de los cánceres de tiroides en etapa inicial se detecta cuando los pacientes acuden a sus médicos porque han notado nódulos o protuberancias en sus cuellos. Si usted tiene síntomas inusuales, tales como una masa en el cuello o inflamación en su cuello, debe consultar con su médico de inmediato.
Los profesionales de la salud detectan los otros cánceres durante un examen de rutina. Como parte de los exámenes físicos de rutina, la Sociedad Americana Contra El Cáncer recomienda que los médicos realicen un examen para detectar cáncer que incluya examinar la tiroides. Algunos médicos también recomiendan que las personas se examinen su propio cuello dos veces al año para buscar y palpar cualquier crecimiento o protuberancia.
Algunas veces, los cánceres de tiroides también se detectan cuando la gente se somete a estudios de ecografía (ultrasonido) debido a otros problemas de salud, tal como estrechamiento de la arteria carótida (la cual pasa por el cuello para suministrar sangre al cerebro) o glándulas paratiroides hiperactivas o agrandadas.
Los análisis de sangre o la ecografía de la tiroides a menudo pueden encontrar cambios en la tiroides, pero estas pruebas no son recomendadas como pruebas de detección para el cáncer de tiroides a menos que una persona tenga un mayor riesgo, tal como antecedente familiar de cáncer de tiroides.

Las personas con antecedentes familiares de cáncer medular de tiroides (MTC), con o sin neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN 2), pudieran estar en alto riesgo de padecer este cáncer. La mayoría de los médicos recomiendan pruebas genéticas para estas personas cuando son jóvenes para ver si ellos tienen los cambios genéticos asociados con el MTC. Para las personas que podrían estar en riesgo, pero que no se hacen las pruebas genéticas, las pruebas de sangre pueden ayudar a encontrar el MTC en una etapa temprana, cuando aún puede ser curable. Las ecografías de la tiroides también se pueden hacer en personas con alto riesgo.

SEÑALES Y SÍNTOMAS DEL CÁNCER DE TIROIDES

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La atención inmediata a las señales y los síntomas es la mejor manera para diagnosticar temprano la mayoría de los cánceres de tiroides. El cáncer de tiroides puede causar cualquiera de las siguientes señales o síntomas:
§  Un bulto o masa en el cuello, que algunas veces crece rápidamente.
§  Inflamación en el cuello.
§  Dolor en la parte frontal del cuello, que algunas veces sube hasta los oídos.
§  Ronquera u otros cambios en la voz que persiste.
§  Problemas de deglución (tragar alimento)
§  Dificultad para respirar
§  Tos constante que no se debe a un resfriado.

Si usted presenta cualquiera de estas señales o síntomas, hable con su médico inmediatamente. Muchos de estos síntomas también pueden ser causados por afecciones no cancerosas o incluso por otros cánceres del área del cuello. Los nódulos en la tiroides son comunes y usualmente benignos. No obstante, si tiene cualquiera de estos síntomas, es importante que consulte con su médico de inmediato para que se pueda determinar la causa y recibir tratamiento de ser necesario.