lunes, 15 de septiembre de 2014

RADIOTERAPIA CON YODO RADIACTIVO PARA EL CÁNCER DE TIROIDES

Cáncer de tiroides

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Un servicio de la

 Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.


RADIOTERAPIA CON YODO RADIACTIVO PARA EL CÁNCER DE TIROIDES

Su glándula tiroides absorbe casi todo el yodo de su cuerpo. Cuando el yodo radiactivo (RAI), también conocido como I-131, se administra al cuerpo en forma de líquido o cápsula, este se concentra en las células de la tiroides. La radiación puede destruir la glándula tiroides y cualquier otra célula tiroidea (incluyendo las células cancerosas) que absorbe el yodo, con poco efecto en el resto de su cuerpo. (La dosis de radiación utilizada es mucho más potente que la usada en las gammagrafías con yodo radiactivo, descritas en la sección “¿CÓMO SE DIAGNOSTICA EL CÁNCER DE TIROIDES?”).
Este tratamiento se puede usar para extirpar (destruir) cualquier tejido tiroideo que no haya sido extirpado mediante cirugía o para tratar algunos tipos de cáncer de tiroides que se hayan propagado a los ganglios linfáticos y a otras partes de su cuerpo.
La terapia con yodo radiactivo mejora la tasa de supervivencia de los pacientes con cáncer tiroideo papilar o folicular (o cáncer tiroideo diferenciado) que se ha propagado al cuello o a otras partes del cuerpo, y este tratamiento es actualmente una práctica convencional para dichos casos. Sin embargo, los beneficios de la terapia con yodo radiactivo son menos claros para los pacientes con cánceres pequeños de la glándula tiroides que no parecen haberse propagado, los cuales que a menudo se pueden extirpar completamente con cirugía. Hable con su médico sobre los riesgos y los beneficios de la terapia RAI para usted. La terapia con yodo radiactivo no se puede usar para tratar los carcinomas tiroideos anaplásicos (indiferenciados) ni los medulares, ya que estos tipos de cáncer no absorben el yodo.
Para que la terapia con yodo radiactivo sea más eficaz, los pacientes tienen que tener niveles altos de hormona estimulante de tiroides (TSH o tirotropina) en la sangre. Esta sustancia estimula el tejido de la tiroides (y las células cancerosas) para absorber el yodo radiactivo. Si se extirpó la tiroides, una manera de aumentar los niveles de TSH consiste en no tomar pastillas de hormona tiroidea por varias semanas. Esto provoca niveles muy bajos de hormona tiroidea (una afección conocida como hipotiroidismo), lo que hace que la glándula pituitaria segregue más TSH. Este hipotiroidismo intencional es temporal, pero a menudo puede causar síntomas como cansancio, depresión, aumento de peso, estreñimiento, dolores musculares y dificultad para concentrarse. Otra manera de aumentar los niveles de TSH antes de la terapia RAI consiste en administrar una forma inyectable de tirotropina (Thyrogen), lo que puede hacer innecesario suspender el reemplazo de hormona tiroidea por un período de tiempo prolongado. Este medicamento se administra diariamente por 2 días, con la RAI el tercer día.
La mayoría de los médicos también recomienda que el paciente siga una alimentación baja en yodo por 1 o 2 semanas antes del tratamiento. Esto significa evitar alimentos que contengan sal yodada y colorante rojo #3, así como productos lácteos, huevos, mariscos y soya.

RIESGOS Y EFECTOS SECUNDARIOS

Su cuerpo emitirá radiación por algún tiempo después de recibir la terapia RAI. Dependiendo de la dosis de yodo radiactivo utilizada y el lugar donde usted es tratado, puede que sea necesario permanecer en el hospital varios días después del tratamiento. Será necesario estar en una habitación especial de aislamiento para prevenir que otras personas estén expuestas a la radiación. Puede que no sea necesario hospitalizar a algunas personas. Una vez que le permitan regresar a su casa después del tratamiento, se le darán instrucciones sobre cómo proteger a otras personas de la exposición a la radiación y el tiempo que necesitará tomar estas precauciones. Puede que estas instrucciones varíen ligeramente según el centro de tratamiento. Asegúrese de entender las instrucciones antes de salir del hospital.
Los efectos secundarios a corto plazo del tratamiento con RAI pueden incluir:
§  HINCHAZÓN Y DOLOR AL PALPAR EL CUELLO.
§  NÁUSEA Y VÓMITO
§  INFLAMACIÓN Y MOLESTIA EN LAS GLÁNDULAS SALIVALES.
§  RESEQUEDAD BUCAL.
§  CAMBIOS EN EL GUSTO.
Masticar un chicle o chupar un dulce duro puede ayudar con los problemas de la glándula salivar.
En algunas personas, el tratamiento con yodo radiactivo también reduce el lagrimeo lo que provoca sequedad en los ojos. Si usa lentes de contacto, pregunte a su médico por cuánto tiempo no debería usarlos.
Los hombres que reciben dosis totales grandes debido a muchos tratamientos con RAI puede que presenten niveles bajos de esperma o, en raras ocasiones, se vuelvan infértiles. El yodo radiactivo también puede afectar los ovarios de una mujer, y algunas mujeres pueden presentar períodos menstruales irregulares hasta por un año después del tratamiento. Muchos médicos recomiendan que las mujeres eviten quedar embarazadas de seis a doce meses después del tratamiento. Ningún efecto dañino se ha notado en niños nacidos de padres que recibieron yodo radiactivo en el pasado.
Tanto los hombres como las mujeres que han recibido terapia RAI podrían tener un aumento leve en el riesgo de leucemia en el futuro. Los médicos no están de acuerdo en exactamente cuánto aumenta este riesgo, pero en la mayoría de los estudios más abarcadores se ha encontrado que ésta es una complicación extremadamente poco común. En algunas investigaciones incluso se sugiere que el riesgo de leucemia quizá no aumente significativamente.

Hable con el equipo de atención médica si tiene preguntas sobre los posibles riesgos y beneficios de su tratamiento

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