Cáncer de tiroides
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¿CÓMO SE
DIAGNOSTICA EL CÁNCER DE TIROIDES?
El cáncer de tiroides puede ser
diagnosticado después que una persona acude al médico porque presenta síntomas,
o puede que se detecte durante un examen físico de rutina u otros estudios. Si
tiene alguna razón para sospechar que podría tener cáncer de tiroides, su
médico utilizará uno o más estudios para confirmarlo. Puede que las señales y
los síntomas sugieran que usted tiene cáncer de tiroides, pero será necesario
que usted se realice pruebas para confirmar el diagnóstico.
ANTECEDENTES
MÉDICOS Y EXAMEN FÍSICO
Si usted presenta cualquier señal o
síntoma que sugiere que pudiese tener cáncer de tiroides, su médico querrá
conocer su historia clínica completa. A usted le preguntarán sobre los
síntomas, los posibles factores de riesgo y cualquier otro problema de salud o
inquietud que usted tenga. Si alguien en su familia ha padecido cáncer de
tiroides (especialmente cáncer medular de tiroides) o tumores llamados feocromocitomas,
es importante que se lo comunique a su médico, ya que podría estar en alto
riesgo de esta enfermedad.
Su médico le examinará para obtener
más información sobre los posibles signos del cáncer de tiroides y otros
problemas de salud. Durante el examen, el médico prestará especial atención al
tamaño y firmeza de su tiroides y a cualquier agrandamiento de los ganglios
linfáticos en su cuello.
BIOPSIA
El diagnostico real de cáncer de
tiroides se hace con una biopsia, en la que se obtienen células del área
sospechosa y se observan con un microscopio. Sin embargo, puede que este no sea
el primer estudio que se haga si usted presenta una protuberancia en su cuello
que causa sospecha. El médico puede que primero ordene otros estudios, tal como
análisis de sangre, una ecografía, o una gammagrafía con yodo radiactivo con el
fin de averiguar si usted podría tener cáncer de tiroides. Estas pruebas se
describen a continuación.
Si su médico cree que se necesita una
biopsia, la manera más simple de encontrar si un nódulo o protuberancia en la
tiroides es canceroso o no es con una biopsia por aspiración
con aguja fina (fine needle aspiration, FNA) del nódulo tiroideo.
Generalmente este tipo de biopsia se puede realizar en la oficina o clínica de
su médico.
Antes de realizar la biopsia, se
podría inyectar una anestesia local (medicamento para adormecer) en la piel
encima del nódulo, pero en la mayoría de los casos no se necesite un
anestésico. Su médico colocará una aguja fina y hueca directamente en el nódulo
para obtener algunas células y unas pocas gotas de líquido en una jeringuilla.
Generalmente, el médico repite el procedimiento dos o tres veces para tomar
muestras de varias áreas del nódulo. Las muestras de biopsia luego se envían a
un laboratorio, en donde se analizan con un microscopio para ver si las células
lucen cancerosas o benignas.
El sangrado en el lugar donde se
realiza la biopsia ocurre pocas veces excepto en las personas que tienen
padecimientos hemorrágicos. Asegúrese de informar a su médico si presenta
problemas con sangrado o si usted está tomando medicinas que podrían causar
hemorragia, tal como aspirina o anticoagulantes.
Por lo general, se debe realizar esta
prueba en todos los nódulos tiroideos que están lo suficientemente grandes como
para ser palpados. Esto significa que son más grandes de un centímetro
(alrededor de media pulgada) de ancho. A menudo los médicos usan una ecografía
para observar la tiroides durante la biopsia, lo que ayuda a asegurar que se
obtienen muestras de las áreas correctas. Esto es especialmente útil para
nódulos más pequeños. También, las biopsias FNA se pueden usar para obtener
muestras de ganglios linfáticos inflamados en el cuello con el fin de saber si
contienen cáncer.
Algunas veces será necesario repetir
una biopsia FNA, ya que las muestras no contenían suficientes células. La
mayoría de las biopsias FNA indicarán que el nódulo tiroideo es benigno. En
pocas ocasiones, los resultados de la biopsia indican que el nódulo es benigno
aun cuando hay cáncer. El cáncer es diagnosticado claramente en aproximadamente
sólo una de cada 20 biopsias FNA.
Algunas veces, los resultados de la
prueba primero se clasifican como “sospechosos” o “de significado incierto” si
los hallazgos de la FNA no indican claramente si un nódulo es benigno o
maligno. Si esto ocurre, el médico puede ordenar pruebas de la muestra para
determinar si los genes BRAF o RET/PTC están mutados (cambiados).
Encontrar estos cambios causa que la probabilidad de cáncer de tiroides sea
mucho mayor, y esto también desempaña un papel al determinar el mejor
tratamiento para el cáncer.
Si el diagnóstico no está claro
después de la biopsia FNA, es posible que se necesite una biopsia más compleja
para obtener una mejor muestra, particularmente si el médico tiene razones para
pensar que el nódulo puede ser canceroso. Esto pudiera incluir una biopsia por
punción usando una aguja más grande, una biopsia “abierta” quirúrgica para
extraer el nódulo, o una lobectomía (extirpación de la mitad de la glándula
tiroidea). Las biopsias quirúrgicas y las lobectomías se realizan en el
quirófano (sala de operaciones) mientras usted está bajo anestesia general
(dormido profundamente). Una lobectomía también puede ser el tratamiento
principal de algunos cánceres en etapas iniciales, aunque para muchos cánceres
el resto de la tiroides también tendrá que extirparse (durante una operación
llamada tiroidectomía de complemento).
ESTUDIOS POR
IMÁGENES
Los estudios por imágenes pueden
realizarse debido a diversas razones, tal como ayudar a saber si áreas
sospechosas podría ser cáncer, para saber qué tanto el cáncer podría haberse
propagado y para ayudar a determinar si el tratamiento está surtiendo efecto.
Se puede realizar uno o más de estos
estudios en las personas que tienen o que podrían tener cáncer de tiroides.
ECOGRAFÍA (ULTRASONIDO)
La ecografía usa ondas sonoras para
crear imágenes de partes de su cuerpo. En este estudio, se coloca un pequeño
instrumento en forma de vara llamado transductor en la piel frente a su glándula
tiroidea. Este instrumento emite ondas de sonido y recoge el eco que rebota
desde la tiroides. Una computadora convierte los ecos en una imagen en blanco y
negro que aparece en una pantalla. Durante esta prueba no hay exposición a la
radiación.
Este estudio puede ayudar a
determinar si un nódulo tiroideo es sólido o está lleno de líquido (los nódulos
sólidos tienen más probabilidad de ser cancerosos). También se puede usar para
examinar la cantidad y el tamaño de los nódulos tiroideos. La manera en que un
nódulo luce en una ecografía puede a veces sugerir si es probable que sea
canceroso, aunque una ecografía no puede indicar con seguridad si es maligno.
Para los nódulos tiroideos que son
muy pequeños como para ser palpados, esta prueba se puede usar para guiar una
aguja de biopsia hacia el nódulo para obtener una muestra. Aun cuando el nódulo
es lo suficientemente grande como para palparlo, la mayoría de los médicos
prefieren usar una ecografía para guiar la aguja.
La ecografía también puede ayudar a
determinar si hay algún ganglio linfático adyacente agrandado debido a la
propagación del cáncer de tiroides. Muchos especialistas de la tiroides
recomiendan ecografía para todos los pacientes con nódulos tiroideos que son lo
suficientemente grandes como para palparlos.
GAMMAGRAFÍAS CON YODO RADIACTIVO
Las gammagrafías con yodo radiactivo
se pueden usar para ayudar a determinar si alguien con una protuberancia en el
cuello podría tener cáncer de tiroides. A menudo, se usan también en personas
que ya han sido diagnosticadas con cáncer tiroideo diferenciado (papilar,
folicular o célula Hürthle) para ayudar a mostrar si se ha propagado. Debido a
que las células del cáncer medular de tiroides no absorben el yodo, no se usan
las gammagrafías con yodo radiactivo en este cáncer.
Para esta prueba, se administra por
la boca (usualmente en forma de pastilla) o se inyecta por vena una pequeña
cantidad de yodo radiactivo (I-131). Con el pasar del tiempo, la glándula
tiroidea (o las células tiroideas en cualquier parte del cuerpo) absorbe el
yodo. Se usa una cámara especial varias horas después para ver a dónde se ha
dirigido la radioactividad.
Para una gammagrafía
tiroidea, la cámara se coloca frente a su cuello para medir la cantidad
de radiación en la glándula. Las áreas anormales de la glándula tiroides que
contienen menos radioactividad que el tejido circundante se llaman nódulos
fríos, y las áreas que atraen más radiación se llaman nódulos calientes. Por lo
general, los nódulos calientes no son cancerosos, pero los nódulos fríos pueden
ser benignos o cancerosos. Debido a que tanto los nódulos benignos como los
cancerosos pueden aparecer fríos, esta prueba no puede diagnosticar por sí sola
el cáncer de tiroides.
Después de la CIRUGÍA PARA CÁNCER DE TIROIDES, las gammagrafías
con yodo radiactivo a todo el cuerpo son
útiles para detectar una posible propagación por todo el cuerpo. Estos estudios
se vuelven incluso más sensibles si toda la glándula tiroidea ha sido extirpada
mediante cirugía porque más yodo radiactivo es recogido por cualquier célula del
cáncer tiroideo remanente.
Las gammagrafías con yodo radiactivo
funcionan mejor si los pacientes tienen niveles altos de la hormona estimulante
de tiroides (TSH, por sus siglas en inglés, o tirotropina). Para las personas
con tiroides extirpadas, se pueden aumentar los niveles de TSH al suspender las
pastillas de hormona tiroidea por varias semanas antes del estudio. Esto causa
niveles bajos de hormona tiroidea (hipotiroidismo), haciendo que la glándula
pituitaria segregue más TSH, lo que estimula a cualquier célula de cáncer de
tiroides a absorber el yodo radiactivo. Una desventaja de esto consiste en que
puede causar los síntomas de hipotiroidismo, incluyendo cansancio, depresión,
aumento de peso, somnolencia, estreñimiento, dolores musculares y dificultad
para concentrase. Otra manera de aumentar los niveles de TSH para una
gammagrafía consiste en administrar una forma inyectable de tirotropina
(Thyrogen®) antes del estudio, lo que no
requiere suspender el reemplazo de hormona tiroidea.
Debido a que cualquier yodo que ya se
encuentra en el cuerpo puede afectar este estudio, a las personas usualmente se
les pide que no consuman alimentos o medicinas que contengan yodo días antes de
la gammagrafía.
El yodo radiactivo también se puede
usar para tratar el cáncer de tiroides diferenciado, pero se administra en
dosis mucho más elevadas. Este tipo de tratamiento se describió en la sección “TERAPIA CON YODO RADIACTIVO (RADIOYODO)”.
RADIOGRAFÍA DE TÓRAX
Si usted ha sido diagnosticado con
cáncer de tiroides (especialmente cáncer folicular de tiroides), se pudiera
realizar una radiografía regular del tórax para ver si el cáncer se ha
propagado a los pulmones.
TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA
La tomografía computarizada (computed tomography, CT) es un estudio de radiografía que
produce imágenes transversales detalladas de su cuerpo. La CT puede ayudar a
determinar la localización y el tamaño de los cánceres de tiroides y si ellos
se han propagado a áreas cercanas, aunque la ecografía es el estudio que
usualmente se hace. Además, una CT se puede usar para determinar si hay
propagación a órganos distantes, tal como a los pulmones.
El tomógrafo computarizado que se
utiliza para este estudio consiste en un anillo similar a una rosca (dona)
grande, con una camilla estrecha que se encuentra en la abertura central. Usted
tendrá que acostarse inmóvil sobre la camilla mientras se realiza el examen.
Las tomografías computarizadas toman más tiempo que las radiografías
convencionales, y usted podría sentirse un poco confinado por el anillo
mientras se toman las fotografías.
En vez de tomar una fotografía, como
la radiografía regular, la tomografía computarizada toma muchas fotografías al
tiempo que un dispositivo rota a su alrededor mientras usted se encuentra
acostado en una camilla. Luego, una computadora combina estas fotografías en
imágenes de secciones transversales de la parte del cuerpo que se está
estudiando. Una tomografía computarizada (CT) crea imágenes más detalladas de
los tejidos blandos del cuerpo que una radiografía convencional.
Antes del estudio, es posible que le
pidan que tome una solución de contraste o que le apliquen una línea
intravenosa mediante la cual se le inyecte un tinte de contraste diferente.
Esto ayuda a delinear mejor las estructuras en su cuerpo. La inyección puede
causar cierto enrojecimiento (una sensación de calor, especialmente en la
cara). Algunas personas son alérgicas y presentan urticaria (erupciones en la
piel). Rara vez ocurren reacciones más graves como dificultad respiratoria o
baja presión sanguínea. Asegúrese de decir al médico si es alérgico a algo o si
ha tenido alguna vez una reacción a cualquier material de contraste utilizado
para rayos X.
En algunos casos, una tomografía
computarizada puede también ser usadas para guiar con precisión la aguja de una
biopsia hacia un área donde se sospecha propagación del cáncer. Para la biopsia
con aguja guiada por tomografía computarizada, usted permanece en la mesa de
CT, mientras el médico hace avanzar una aguja de biopsia a través de la piel
hacia la masa. La exploración por CT continúa hasta que el médico pueda ver que
la aguja se encuentra dentro de la masa. Entonces, se obtiene una muestra de
biopsia y se examina con el microscopio.
Una desventaja de la CT para el
cáncer de tiroides diferenciado es que el tinte de contraste de la CT contiene
yodo, lo que interfiere con las gammagrafías con yodo radiactivo. Por esta
razón, muchos médicos prefieren las imágenes por resonancia magnética en lugar
de una CT.
IMÁGENES POR RESONANCIA MAGNÉTICA
Al igual que la CT, las imágenes por
resonancia magnética (magnetic resonance
imaging, MRI) se pueden usar para saber si hay cáncer en la tiroides, o
cáncer que se ha propagado a partes cercanas o distantes del cuerpo. Sin
embargo, la ecografía es usualmente el estudio de la tiroides que se hace
primero. La MRI puede proveer imágenes muy detalladas de los tejidos blandos,
tal como la glándula tiroidea. Los exámenes de MRI son también muy útiles para
ver el cerebro y la médula espinal.
Las imágenes por resonancia magnética
utilizan ondas de radio e imanes potentes en lugar de rayos X. Se absorbe la
energía de las ondas radiales y luego se libera en un patrón formado por el tipo
de tejido corporal y por ciertas enfermedades. Una computadora traduce el
patrón en una imagen muy detallada de las partes del cuerpo. A menudo se
inyecta un material de contraste, llamado gadolinio, en una vena antes del
estudio para mostrar mejor los detalles.
Las imágenes por resonancia magnética
toman más tiempo que las tomografías computarizadas, a menudo hasta una hora.
Puede que necesite permanecer recostado dentro de un tubo, lo que puede causar
molestias a personas que tengan temor a lugares cerrados. Algunas veces, las
nuevas máquinas de MRI más abiertas se pueden usar en lugar de las máquinas de
MRI convencionales. El equipo también produce un zumbido y ruidos de chasquido
de modo que algunos centros proveen audífonos para bloquear estos ruidos.
TOMOGRAFÍA POR EMISIÓN DE POSITRONES
Para una tomografía por emisión de
positrones (positron emission tomography,
PET), se inyecta una sustancia radiactiva en la sangre (usualmente un tipo de
azúcar emparentado con la glucosa, conocido como FDG). La cantidad de
radiactividad usada es muy baja. Debido a que las células cancerosas crecen
rápidamente en el cuerpo, éstas absorben más azúcar que las células normales.
Después de esperar aproximadamente una hora, usted se acuesta en la camilla de
la máquina de la PET por alrededor de 30 minutos mientras una cámara especial
crea una fotografía de las áreas de radiactividad en el cuerpo.
Este estudio puede ser muy útil si el
cáncer de tiroides es uno que no absorbe yodo radiactivo. En esta situación, la
PET puede indicar si el cáncer se ha propagado.
Las imágenes de la PET no son tan
detalladas como las imágenes de la CT o la MRI, pero la PET puede detectar
posibles áreas de propagación del cáncer en todas las áreas del cuerpo a la
misma vez. Algunas máquinas más nuevas pueden hacer una PET y una CT al mismo
tiempo (PET/CT scan). Esto permite al médico comparar un área anormal en la PET
con la apariencia detallada en la CT.
ANÁLISIS DE SANGRE
Los análisis de sangre no pueden por
sí solos indicar si un nódulo tiroideo es canceroso. Sin embargo, estas pruebas
pueden ayudar a mostrar si la tiroides está funcionando normalmente, lo que
puede ayudar a los médicos a decidir qué otras pruebas podrían ser necesarias.
HORMONA ESTIMULANTE DE TIROIDES
Las pruebas de los niveles sanguíneos
de la hormona
estimulante de tiroides (thyroid-stimulating hormone, TSH) se podrían utilizar para
estudiar la actividad general de su glándula tiroides. Los niveles de TSH, la
cual es producida por la glándula pituitaria, pudieran estar altos si la
tiroides no está produciendo suficientes hormonas. Esta información se puede
usar para ayudar a seleccionar cuáles estudios por imágenes (tal como ecografía
o gammagrafías con yodo radiactivo) se utilizarán para examinar un nódulo
tiroideo. Por lo general, el nivel de TSH es normal en el cáncer de tiroides.
T3 Y T4 (HORMONAS TIROIDEAS)
Estas hormonas son las que
principalmente produce la glándula tiroides. Los niveles de estas hormonas
también se pueden medir para obtener una idea de la función de la glándula
tiroidea. Por lo general, los niveles T3 y T4 son normales en el cáncer de
tiroides.
TIROGLOBULINA
La tiroglobulina es una proteína
producida por la glándula tiroides. La medida del nivel de esta proteína en la
sangre no se puede utilizar para diagnosticar cáncer de tiroides, aunque puede
ser útil después del tratamiento. Una manera común de tratar el cáncer de
tiroides es mediante la extirpación quirúrgica de la mayor parte de la tiroides
y luego usar yodo radiactivo para destruir cualquier célula de tiroides
remanente. Estos tratamientos deben causar un nivel muy bajo de tiroglobulina
en la sangre dentro de varias semanas. Si el nivel no es bajo, esto podría
significar que aún existen células del cáncer de tiroides en el cuerpo. Un
nuevo aumento en el nivel después de haber estado bajo, es un signo de que el
cáncer podría estar regresando.
CALCITONINA
La calcitonina es una hormona que
ayuda a controlar cómo el cuerpo usa el calcio. Esta hormona es producida por
las células C en la tiroides, las células que se pueden convertir en cáncer
medular de tiroides (MTC). Si se sospecha la presencia de un MTC o si usted
tiene un antecedente familiar de la enfermedad, los análisis de sangre para los
niveles de calcitonina pueden ayudar a detectar el MTC. Esta prueba también se
usa para determinar la presencia de una posible recurrencia de MTC después del
tratamiento. Debido a que la calcitonina puede afectar los niveles de calcio en
la sangre, es posible que estos niveles también sean analizados.
ANTÍGENO CARCINOEMBRIONARIO
Las personas con carcinoma medular de
tiroides (MTC) a menudo tienen altos niveles sanguíneos de una proteína llamada
antígeno carcinoembrionario (carcinoembryonic
antigen, CEA). Algunas veces, las pruebas de CEA
pueden ayudar a encontrar este cáncer.
OTROS ANÁLISIS DE SANGRE
Es posible que también se le hagan
otras pruebas de sangre. Por ejemplo, si usted se va a someter a una CIRUGÍA, se realizarán pruebas para: verificar los
recuentos de células sanguíneas, determinar si hay padecimientos hemorrágicos y
verificar la función de su hígado y sus riñones.
El carcinoma medular de tiroides
(MTC) puede deberse a un síndrome genético que también causa un tumor llamado
feocromocitoma, el cual puede ocasionar problemas durante la cirugía bajo
anestesia. Por este motivo, a los pacientes con MTC que se someterán a una
cirugía se les realizan pruebas para determinar si también tienen un
feocromocitoma. Esto puede conllevar análisis de sangre para epinefrina
(adrenalina) y una hormona relacionada llamada norepinefrina, y/o análisis de
orina para sus productos derivados (metanefrinas).
OTRAS PRUEBAS
EXAMEN DE LAS CUERDAS VOCALES (LARINGOSCOPIA)
Los tumores de la tiroides a veces
pueden afectar las cuerdas vocales. Si usted se va a someter a una cirugía para
tratar el cáncer de tiroides, probablemente se realizará con anterioridad un
procedimiento llamado laringoscopiapara determinar si
las cuerdas vocales se están moviendo normalmente. Para realizar este examen,
el médico observa la garganta para examinar la laringe con espejos especiales o
con un laringoscopio, un tubo con una luz y una lente en el extremo que
facilita la observación de la laringe.
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